Me aferraré a mi locura.
No dejaré que nadie se atreva
a mancillar mi lógica creencia de desenfado
con el débil y trillado argumento
de la posición social,
el confort
o el utilitarismo.
Esta era es un tiempo de desencanto
y los seres pretenden transcurrir intactos,
firmes, seguros y sin tacha,
como si la realidad no pesara,
como si el dolor no existiera,
como si la autoridad no ordenara
agresiva y estúpidamente altanera.
Y todo es un pesar
de tristes melancolías
y sueños despedazados...
Es que hasta su desinterés molesta.
De Cariñando en Humedades
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